lunes, 30 de diciembre de 2013

DRUGS ARE YOU.

Notó el sabor ácido del éxtasis en sus labios, deshaciéndose poco a poco en su boca. Todo comenzaron a ser risas y aceleración. La música dance de la discoteca se le metía en el estómago dándole un impulso a bailar, a comerse el mundo. No paraba de reir, ni moverse. Y ahí estaba él, avanzando poco a poco hasta ella, como si flotase. La abrazó por la espalda y comenzó a besarle, la boca del chico sabía a alcohol, a ginebra exáctamente.
Deambularon por la discoteca, y llegaron al baño, se apoyaron en la pared y se besaron con aún más intensidad, todo iba rápido ahí fuera, y tan lento entre ellos dos. "No, aquí no", dijo ella como si estuviese en un sueño, pues la droga ya le hacía efecto desde hacía un tiempo.
Fueron a pie, pues el apartamento de ella no estaba más que a una manzana del sitio. La llevó a la cama y comenzó la noche, su noche. Él se movía sobre ella con agilidad y ella gemía al ritmo de su respiración.
Abrió los ojos, pues el sol entraba através de las ventanas, fue a besarle, a él, su chico, a quién tanto quería y había echado de menos estos meses. Pero no era él quién estaba enredado en las sábanas blancas de su cama, no era la clara tez de su piel, ni su corto cabello oscuro a quién veía, no era la respiración que quería escuchar. Y en ese momento, supo, que él no volvería y que ella le seguía amando.

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